Exportadores de talento: Zamora C.F.

En una provincia de 180.000 habitantes es difícil sacar jugadores desde la cantera para que jueguen en el primer equipo. Si además compartes comunidad autónoma con equipos asentados en la élite como el Valladolid, el Numancia o, en su momento, la Unión Deportiva Salamanca, firmar a jovenes talentosos se complica bastante más. Y es que el Zamora C.F. quizás no fuese una de las opciones preferidas por los futbolistas castellanoleoneses a la hora de escoger equipo, principalmente en la primera década del siglo XXI, la época de mayor esplendor del equipo rojiblanco.

La necesidad agudiza el ingenio y en el caso del Zamora es evidente: tuvieron que apostar por jugadores de otras provincias, descartes de canteras grandes o apostar por jugadores que despuntaban en equipos más pequeños para reforzar el primer equipo. Algo bastante común en muchos equipos de Segunda B, pero en el caso del Zamora, bastante exitosa.

No obstante, hay dos ejemplos claros de esta política de fichajes: Dani Giménez y David Ferreiro, dos jugadores asentados en Segunda División y que han tenido experiencia en Primera -en el caso de Dani Giménez, en el Rayo y el Betis-, mientras que David Ferreiro está jugando en el Huesca y fue importante en la consecución de su ascenso la pasada campaña. Pero no son los únicos.

En Segunda División hay otros cinco jugadores que pasaron por las filas del Zamora: los delanteros Manu Barreiro (Nàstic), y Jona (Lugo), los medios Aitor Sanz (CD Tenerife) y Cristian Salvador (Sporting de Gijón) y el defensa Josete (Lugo). Se podría añadir también a Adrián Dalmau, que tras pasar por el Numancia y el Villarreal B se encuentra disputando la Eredivisie con el Heracles Almelo.

En lo que llevamos de siglo, David Ferreiro es el sexto jugador que disputa la Primera División tras jugar anteriormente en el Zamora. El anterior, como es obvio, fue Dani Giménez, pero antes de ellos dos, otros cuatro jugadores disputaron la máxima competición: Javi Jiménez –Eibar-, Omar Sampedro -Sporting de Gijón-, Mario Martínez -Numancia- y Dani Cifuentes -Real Sociedad y Valladolid-. Con los doce jugadores nombrados se podría hacer una alineación bastante apañada -aunque tremendamente descompensada entre defensa y ataque- y cuya disposición podéis ver en la imagen anexa.

David Ferreiro en su etapa en el Zamora (Fuente: La Opinión de Zamora)

«Ferreiro fue un descubrimiento del Zamora, aquí explotó. Un grandísimo extremo. Ojalá haber contado con él durante los años buenos, pero las dos temporadas que estuvo aquí fueron los primeros annus horribilis del club», asegura el tuitero ‘Fernandowski‘, una voz autorizada para hablar sobre los viriatos. Fichado del Atlético Ciudad murciano, uno de esos equipos hechos a base de talonario que pulularon por la categoría de bronce en la década de los 2000. Aunque fuese suplente en este club, el Zamora decidió apostar por él en verano de 2009, posiblemente acordándose de su buena etapa anterior en el Ourense.

Tras disputar 72 partidos y anotar ocho goles en dos temporadas, el Granada decidió ficharle para incorporarle a su sistema de cesiones. El Cádiz fue su primer destino. Tras ser clave en la buena temporada del conjunto gaditano, anotando ocho goles, el Racing de Santander apostaría por él para su primera temporada en Segunda División. Pese a que descendiesen, Ferreiro fichó por el Hércules -que también descendió- pero el Lugo y después el Huesca decidieron ficharle. Desde su llegada a Segunda División, ha disputado más de 30 partidos por temporada en todos los conjuntos que ha militado. Su buena pierna en el balón parado y su capacidad de desborde le han permitido asentarse en las categorías más altas del fútbol español.

Dani Giménez en su etapa en el Zamora

Unos buenos recuerdos que se hacen extensibles también a Dani Giménez, a quien Fernandowski considera «el mejor portero que ha pasado por aquí de largo». Fichado del Celta en 2004, fue el portero suplente en su primera temporada y se hizo con la titularidad a partir de la segunda. Ocupó la portería del Ruta de la Plata durante tres temporadas más, siendo las dos últimas las mejores. «Él solito metió a un Zamora bastante mediocre en el último playoff a Segunda A». Fernandowski se refiere a la 2008-2009, aunque un año antes se quedaron a un gol de ascender a Segunda División frente al Rayo Vallecano. El conjunto franjirrojo sería su próximo equipo. En las cuatro campañas que estuvo en Vallecas no se asentó en la titularidad, pero debutó en Primera División en la temporada 2011-2012. Alcorcón -dónde lo jugó todo- y el Betis serían sus próximos destinos.

En Heliópolis vivió bajo la sombra de Antonio Adán, y la temporada pasada le llegó la oportunidad de asentarse en la titularidad debido a la lesión del portero madrileño. Tras jugar cuatro partidos, una inoportuna lesión en el cuadriceps le impidió jugar más. Este verano el Deportivo de la Coruña le llamaría para ocupar la meta de Riazor en su retorno a Segunda y hasta el momento ha sido titular indiscutible. Un guardameta del que muchos destacan su profesionalidad, su consistencia y su capacidad para no darse nunca por vencido y aprovechar las oportunidades.

Jona en el Zamora (Fuente: Zamora Deportes)

Aunque no haya llegado a debutar en Primera División, uno de los delanteros más conocidos de Segunda División es Jona Mejía, un jugador que llegó al Ruta de la Plata en verano de 2011. Con vitola de gafe, ya que los equipos donde no han militado no han cumplido las expectativas que se habían puesto a principio de temporada, pero que en Zamora dio bastante buen resultado. «A mí personalmente me gustaba mucho» -admite Fernandowski- «recuerdo pitos y similar de algún sector crítico del fondo norte porque tardó en empezar a marcar, pero luego dió muy buen nivel y cuajó una buena temporada. Buen jugador para Segunda B, pero jamás pensé que llegaría a Segunda». Actualmente en el Lugo, Jona es un auténtico trotamundos de la categoría: Jaén, Albacete, UCAM Murcia, Córdoba y Cádiz han sido los equipos que le han visto jugar. Precisamente en el Jaén fue una de las revelaciones de la categoría tras marcar 16 goles, aunque su progresión se estancó, quizás por su mala cabeza a la hora de escoger equipo.

Al preguntarle a Fernandowski si recuerda a algún jugador que él considerase que podía haber llegado a niveles más altos, no duda en señalar a Gerardo Berodia y a Iker Alegre. «Berodia es uno de los mejores mediapuntas que han pasado por aquí solo jugo un año en Segunda con el Lugo. Y luego esta Iker Alegre, que me sorprende que no haya llegado a Segunda a lo largo de su carrera deportiva. Fisicamente era una bestia».

Cantera, poca pero de calidad

Lo comentábamos al principio: Zamora no es una provincia que se relacione con el fútbol. La base de datos BDFutbol, centrada en Primera, Segunda y Segunda B, tan solo recoge a 29 futbolistas zamoranos en los noventa años de fútbol profesional en España. Los dos últimos son Cristian Salvador y Carlos Ramos, dos jugadores que comparten características: los dos nacieron en 1994, pasaron por la cantera del Zamora y saltaron a la cantera de equipos mucho más grandes tras debutar con el primer equipo en una época de estrechez económica donde se tuvo que apostar por la cantera y los jugadores de la casa. Roberto Aguirre conseguiría obrar bastantes milagros, pero en la 2014-2015 acabarían descendiendo a Tercera. Salvador acabó recalando en la cantera del Sporting de Gijón -previo paso por el Sestao River- y Carlos Ramos, ya llevaba tres años en la cantera del Atlético de Madrid.

Aquí se acaban las coincidencias. Cristian Salvador se ha asentado en el centro del campo del Sporting de Gijón y está siendo una de las revelaciones de la temporada tras ser uno de los mejores jugadores del filial. Un jugador de explosión algo más tardía y cuya carrera ha ido dando pasitos cortos, pero bastante seguros. La de Carlos Ramos, por el contrario, es la historia del típico jugador precoz con el que se crean muchas expectativas. Debutó a los 16 años con el primer equipo del Zamora y el Atlético de Madrid le fichó en 2012. Tras pasar por el Juvenil y el Atlético de Madrid C con mucho éxito, llegaría a entrenar con el primer equipo y debutaría frente al Sant Andreu en la Copa del Rey de la 2013-2014.

La temporada siguiente volvió a contar con minutos en la competición copera. Tras el descenso a Tercera del filial, y siendo conscientes de su potencial, el Guijuelo conseguiría atar su cesión para la temporada 2015-2016. Allí continuaría con su progresión y sus buenas sensaciones: 35 partidos de liga y dos goles. Tras acabar contrato con el Atleti, llegaba el momento de dar un salto de calidad: el Burgos CF sería su próximo destino, pero una mala temporada a nivel colectivo, en la que los blanquinegros disputarían el Playout, afectó también a su progresión. Jugó 25 partidos en liga y marcó tres goles. La pasada temporada volvería a cambiar de equipo, llegando al Pontevedra, donde el esquema pareció repetirse: una mala temporada a nivel colectivo, donde el Pontevedra coqueteó con el descenso, afectó también a su progresión. Tras jugar doce partidos, en el mercado de invierno volvería a recalar en el Zamora CF. El hijo pródigo volvería a casa.

«El Zamora nunca ha tenido la capacidad de retener a ningún jugador de la tierra que haya despuntado mínimamente», apunta Fernandowski. «Son dos de una lista de muchos, pero si te das cuenta, solo Cristian (Salvador) ha llegado, de momento, a jugar en una liga profesional. El resto o han vuelto, o se han quedado estancados. Es algo que muchos chicos deberían mirar antes de irse tan prematuramente».

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